La construcción de mundos es una parte esencial de las obras de ficción. Pero, especialmente en las de fantasía o ciencia ficción, es lo que permite darle vida a la historia. Cuando la construcción de mundo falla puede hacer un agujero en toda la obra.
Pero, si todo es una construcción de tu imaginación ¿Cómo puede fallar?
Errores que cometes en tu construcción de mundos
1- No pensar en lo básico
¿Cómo comen? ¿Qué comen? ¿Quién se lleva la basura? ¿Quién se enfrenta a los desperdicios del cuerpo? ¿Qué hace la mayoría de las personas para sobrevivir? No solo estás construyendo una sociedad, estás creando una economía. La gente no oprime a otros por diversión (usualmente los sistemas jerárquicos tienen un componente económico).
Lo que sea que escojas siempre ten presente que las estructuras sociales no deben estar separadas de realidades cotidianas como la comida, el abrigo o el refugio.
2- No explicar por qué los eventos están sucediendo ahora
Es muy posible que tu historia se desenvuelva en un momento de crisis de tu mundo ficticio. Uno de los errores más grandes es no explicar por qué están como están. ¿Por qué el ejército de elfos está atacando ahora y no en dos años o más?
Si tu trama se sustenta por sucesos puramente arbitrarios es porque estás haciendo mal las cosas.
Si estás basándote en un suceso histórico para tu obra de ficción, no solo leas a los historiadores del bando ganador. Investigar los sucesos desde el punto de vista de los marginados o los perdedores te dará una perspectiva más completa de lo que pasó en verdad y te permitirá contar una obra más realista y llena de matices.
3- Crear versiones ficticias de grupos étnicos reales que nunca van más allá de una sola dimensión
Este es un gran problema de muchos creadores. Si vas a usar una cultura real y adaptarla a alguna de tus culturas ficticias asegúrate de que tiene múltiples dimensiones y sus miembros tienen sus propias subjetividades. No importa si es la cultura de la que viene tus personajes, la de tu antagonista o la cultura donde se desarrollan los hechos de tu historia.
4- Crear grupos religiosos, sociales, políticos o culturales incuestionables
Todos los habitantes del pueblo están de acuerdo con todo lo que les propone su líder religioso y ninguno se cuestiona nada de lo que dice o hace. Lo siguen como borregos. O todos los habitantes de una ciudad tienen la misma opinión.
No solo es poco realista sino que es muy aburrido, a menos claro, que se trate de una mente colmena o un lavado de cerebro.
En la vida real es solo que pongas a dos personas a hablar y te darás cuenta de la cantidad de diferencias que hay entre ellos. Incluso si crecieron juntos y han vivido, en general, las mismas experiencias. Todos pensamos diferente y tenemos opiniones diferentes.
5- Inventar una historia que es totalmente lógica
En un mundo imaginario el lado de los buenos siempre gana y las personas que están a cargo son descendientes de los gobernantes de siempre. Sin embargo, en la vida real no es así. Si revisas la historia, está llena de errores, peleas y odios tontos. No siempre la persona idónea llega al lugar en el que debería estar y muchas veces el más corrupto y vicioso es el que termina dirigiendo el futuro de muchos.
La historia es extraña y cosas que en retrospectiva parecen inevitables, en el momento histórico en el que estaban sucediendo no eran tan así.
6- Tener en cuenta los pequeños detalles
Puedes pasar horas y horas pensando en la historia y la cultura de tu mundo imaginario y como la gente interactúa y la forma en la que los diferentes grupos religiosos o étnicos chocan. Pero si no tienes en cuenta los pequeños detalles que hacen que hacen que la vida valga la pena, como el olor de la lluvia sobre la tierra, el sonido de las hojas secas bajo los pies o las caricias del viento frío que viene del mar en un día caluroso, entonces aún no has creado un mundo que se sienta real.
Si el lector no se siente un poco mareado por el olor nauseabundo de un río contaminado o transportado por la belleza de un jardín geométricamente perfecto, entonces hay algo que falta.
El propósito de la construcción de mundos no es hacer un ejercicio frío de creación, sino de darle sentido a un lugar y todos los experimentos de tus pensamientos deben tener como objetivo la creación de algo vívido y con alma propia.
7- Presentar algún súper poder —como la magia o una tecnología— sin demostrar cómo eso cambia o cambió la sociedad.
No importa si estás creando una historia alterna, un mundo nuevo o un futuro lejano, cualquier tecnología o poder que le agregues va a tener efectos y cambios en la cotidianidad o la realidad de tu mundo. Como ejemplo te dejo la electricidad y todos los cambios que tuvo nuestra sociedad a partir de ella.
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